domingo, 29 de julio de 2012

Pídele Arduamente a tu Ser Intentar Oír Nada más...


No le digas que no, a la idea que anda rondando en tu cabeza, a esos pensamientos que ponen en sicronía a tu mente y a tu corazón. Dile que sí, a esos palpitos fuertes que a veces llenan tu cara de lágrimas de emoción, cuando te encuentras en tu estado humano más pleno. Conexión, eso es lo que debes dejar que ambos hagan, pídele a ella que no mire tanto a los lados y que lo escuche mas a él, y pídele a él que mantenga la calma.

Entre ellos dos, hay un tecer elemento, esa gasolina que pone en movimiento a la idea que está rondando en tu cabeza, eso que ha llevado a los grandes a hacer realidad los sueños que otros consideraban imposibles, por no tener esa energía que une a la mente con el corazón.

 Sí, esa energía que crea esos palpitos que logran que la mente arme su rompe cabezas para cumplir los suenos del corazón, ha sido autoerradicada por muchos, que no han sido lo suficientemente valientes para cerrar los ojos y confiar ciegamente en lo que ellos mismos quieren como destino.

Destino, es una excusa famosa entre aquellos que antes de perder o ganar, de convertir sus sueños en fracasos o triunfos, prefieren decir con orgullo que nunca han ganado o perdido, sin saber que nunca se pierde, porque si hay alguien que no pierde en el intento, es el corazón.

Valiente, el corazón por naturaleza es valiente y paciente, él tiene la capacidad única de reciclar lo que le pasa y convertirlo en una experiencia positiva, y si es suficientemente fuerte, logrará ignorar los reproches de la mente y en silencio tomará las riendas una vez más, para seguir esa nueva idea que el combustible invisible ha mandado a la mente.

Es un proceso continuo, siempre y cuando el alma que habita ese cuerpo deje que su energía interna fluya, ella siempre estará presente, actuando de cúpido entre la mente y el corazón, llenando estadios de fútbol completos, cuidando al paciente enfermo, hallando las respuestas de las preguntas de un antropólogo, buscando la perfección del artista, amando a los hijos de una madre, invitándome a plasmar con estas letras lo que mi mente y mi corazón pueden absorber y sentir.

Cuando amas lo que haces, cuando agradeces estar aquí, cuando pausadamente te detienes a observar lo que te rodea y un suspiro de alivio te llena, esa energía que está fluyendo dentro de ti se llama pasión.

Nunca dejes que se apague, ni se detenga. No te permitas vivir sin ella, no te conviertas en uno más de aquellos cuerpos que caminan, respiran, comen y parecen estar vivos, pero no están. Vive con ella y confía en ella; ella mejor que nadie sabe la razón por la que estás  aquí.

P.A.S.I.O.N.: Pedirle Arduamente a tu Ser Intentar Oír Nada más lo que viene de lo más profundo de ti, para entrar en ese proceso creativo que te permitirá llegar a donde tú quieras llegar.

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