domingo, 29 de julio de 2012

La humanidad viene en frascos pequeños


Cuando tienes expectativas, estás en el futuro. Cuando tienes frustraciones, estás en el pasado. En ambos de esos casos, nunca estás aquí. Aquí se llama recibir y dar, no esperar ni lamentar. El sinónimo de vida es ahora...

Vivir el presente, decir lo que sientes 

Ayer en el tren un niño de 4 años estaba sentado con su madre frente a nosotros. De piel morena clara, cabello enrulado color café, él jugaba con una serpiente de plástico y le dice a mi amigo: “Este es mi juguete nuevo”, a lo que mi amigo le responde: “¿Cómo se llama?” Y el niño dice: “No sé, me lo acaban de comprar”.

Durante el viaje seguí conversando con mi amigo, pero no dejé de ver como el niño jugaba con su serpiente de plástico, dando la sensación de que tenía el mundo en sus manos, sin necesitar más.
Llegamos a Londres y antes de bajarnos del tren le digo: eres muy cuchi! (You are cute) y él me responde: “No, you are cute!”

Los niños viven el presente y son capaces de convertir un objeto insignificante en un mundo para ellos. Ellos no temen decir lo que sienten y dicen las cosas con buena voluntad.
Un niño tiene la capacidad de estar completamente aquí, disfrutando de lo que tiene en ese momento. Tampoco se cohibe en decir lo que siente o piensa.

Disfrutar las cosas sencillas, volverlo a intentar 

En el restaurante chino donde fuimos a cenar esa noche en Londres, también habia una niña como de 2 años. Ella estaba muy entusiasmada intentando ayudar a su mamá a limpiar el restaurante con una escoba más grande que ella. Era muy cómico ver como la escoba parecia moverse sola cuando la niña pasaba por detrás de las mesas. Pero luego llegó un señor, le arrancó la escoba y la mandó para otra parte del restaurante.

Un rato después, la niña vuelve al mismo salón donde yo estoy y contempla la escoba, con miedo de agarrarla, pero finalmente la toma y sigue intentando barrer.

En la película Up de Disney, hay un diálogo muy interesante entre el viejo y el niño. El niño le está comentando al viejo que cuando normalmente se reune con su papá los domingos, ellos van a comer un helado y se sientan en la acera a contemplar los carros. Cada quien escoge un color: rojo o azul y aquel que cuente más carros de su color gana.
Y el viejo le dice: Eso suena aburrido...A lo que el niño responde: Lo sé, pero las cosas 'aburridas' son las que más recuerdo.

Volviendo a la niña con la escoba...Ella encontró una forma de divertirse con su mamá mientras trabajaba y aunque le quitaron la escoba, ella no temió arriesgarse y volvió a agarrarla. Su espíritu libre y sus ganas se concentraron en lo que ella queria hacer.
Barrer de por si suena aburrido, pero ella decidió convertirlo en algo grandioso.

Tener empatía hacia otros 

Hace unos años me encontraba en casa de mi abuelo. Mi primito en esa época tenía 4 años y descubre que en la 'casita de atrás' mi abuelo tiene muchos juguetes nuevos y le dice que los quiere, pero mi abuelo le responde: puedes tomar solo uno, porque esos juguetes son para niños pobres, para niños que no tienen juguetes.

Mi primito tomó un juguete y al cabo de dos horas yo estoy en el salón viendo una película y él está sentado en el piso comiendo algo sobre la mesa de las revistas, cuando comienza a llorar y le pregunto: ¿Qué pasa? Y con toda la sinceridad de un corazón incocente me dice: “Mini, es que me da tristeza que los niños son pobres”.

A veces nos quejamos mucho de lo que tenemos, de lo que no tenemos, de dónde estamos...Y se nos olvida apreciar lo poco o mucho que la vida nos ha dado y posiblemente la posición tan privilegiada que podemos tener ante los demás.
Un niño está en el presente al 100%, es capaz de percibir y reflexionar sobre su entorno.

Amar de forma altruista

Cuando mi primita Andreita tenia 3 años, yo era el mundo para ella y ella también lo era para mi.
Ambas contabamos los días para que llegaran las vacaciones y pudieramos estar juntas.
Para mi era la hermanita que nunca tuve y me gustaba consentirla bastante. Muchas veces a la hora de dormir le canté la canción de cuna que aprení cuando yo tenia 6 años en el colegio Emil Friedman y que me pregunto por qué todavía me la sé. Ella se quedaba dormida en segundos.

Un día que llegué a casa de mi abuelo en Caracas, se abrió la puerta y ella, vestida con un traje azul, salió corriendo a darme un gran abrazo.
Habían pasado meses desde la última vez que la había visto.

Un niño no recuerda la ausencia, recuerda los buenos momentos. Al estar en el presente no guarda rencor y es capaz de apreciar lo que la vida ha decidido darle en ese preciso momento.
Aquel que ama sin esperar nada a cambio, entenderá las distancias, comprenderá las ausencias y valorará el tiempo compartido, sin reclamos.

Ser agradecido 

Un día en el supermercado Plaza del Centro Plaza en Caracas, un niño de al menos 10 años compraba unas parchitas con 400 bs de los viejos. El costo de mi mercado ese día fue de 50 000 bs.

Le ofrezco comprarle algo para comer y le pido que me acompañe a la pandería St Honoré. Intento entrar con él, pero el vigilante me detiene y me dice delante del niño: El no puede pasar.

Entonces yo le pregunto al niño: ¿Qué quieres de comer? Y él me dice: “Lo que tu quieras”...Y yo le vuelvo a preguntar: ¿Y de tomar?
Entonces el vuelve a responder: “Lo que tu quieras”...Pero yo insisto y le digo: ¿Una coca-cola, una frescolita? Y él me dice: Una frescolita está bien.

Le compré un croissant y la frescolita, se la entrego y me dice: “Muchas gracias”.

Se llamaba David, no sabía cuántos años tenía, no sabía quienes eran sus padres y en las noches dormía debajo de un puente en la zona de Altamira. Sin embargo no se le había olvidado lo importante que es agradecer.

La naturaleza de un niño es ser positivo y por ende siempre tendrá la capacidad de reconocer lo bueno, aunque el mundo le grite lo contrario.
Ellos saben que las cosas sencillas, son las que más hay que agradecer.

Encontrar un punto de equilibrio 

Cuando era pequeña, en mi casa habían 3 televisores. Dos de ellos tenían cable y el otro, que estaba en la cocina, solo los canales nacionales.
Un televisor con cable estaba en el cuarto de mi mamá y el otro en la sala. Cada uno de mis hermanos estaba viendo el mismo programa en cada televisor, por ende yo no podía ver nada. Y la pelea comenzó...

Pero luego de los gritos, llegamos a un acuerdo...Como habian solo 2 televisores con cable y eramos 3, el que quisiera ver canales nacionales tenia que ir a la cocina y si 2 de los 3 querían ver el mismo programa en los televisores con cable, tenian que decidirse por un solo televisor.

Un niño es capaz de enfocarse en la solución del problema, el resto de los mortales la mayoria de las veces nos preocupamos por lo que pasa y no nos preguntamos como resolverlo ni tomamos acciones o actitudes para que el problema deje de existir.

Saber perdonar y confiar 

Un día fui con mi tía Hortensia y su nuevo perro Nano a casa de mi prima Lorena. Nano es un pastor alemán, que en esa época tenía 3 meses y ya era mucho más grande que mi primito Fabio, quien tenía alrededor de 3 años.

Era la primera vez que Fabio veía a Nano y aunque estaba un poco asustado, quería jugar con él.
Yo tenía a Nano sujetado con su cuerda de pasear y cuando Fabio me dice que él lo quiere agarrar. Yo ayudo a Fabio a sujetar al perro, pero en un descuido hablando con mi prima y mi tía, Nano sale corriendo y la manita de Fabio queda atrapada en la cuerda. Tal cual comiquita, Fabio se eleva en el aire y sale volando, cae al suelo y no llora, estaba confundido con lo que había pasado, porque yo le dije que iba a sujetar al perro...

Yo inmediatamente le pido disculpas y le digo que me distraje y que no fue mi intención que eso pasara (aunque debo confesar que me costó un mundo no reirme). Le digo que si el quiere volver a agarrar a Nano, yo le prometo que no me voy a distraer.

El me da su voto de confianza y yo me aseguré de sujetar a Nano fuerte, mientras Fabio también lo hacía. Y seguimos jugando...

Un niño no guarda rencor, es capaz de comprender, escuchar y volver a confiar.

Creo que la razón por la que tenemos conflictos con nosotros mismos y los conflictos entre los seres humanos existen, es porque se nos ha olvidado ser niños... 

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