miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mi niño en la arena

Inglaterra, 2 de Noviembre de 2010

Era un día de verano, un viernes por la tarde y mis compañeros de trabajo me invitaron a jugar voleibol en la playa.

Hacían al menos 27 grados y ocupabamos la cancha más personas de las que debíamos. Eso hizo muy divertido el juego, incluso lo recuerdo claro, por lo mucho que reí esa tarde.

Terminado el partido, nos tomamos unas cervezas al lado de una piscina de arena. En ella estaba un niño comiendo helado de vainilla, acostado, sin zapatos, mirando al cielo. Sus ojos brillaban y yo lo que podía ver en él era paz y alegría; tanto me llamó la atención que le tomé una foto, con la cual me topé hoy y decidí cerrar los ojos para recordar ese momento.
Ese día, no entendía que era lo que le hacía tan feliz, pero ahora recuerdo que ese, era un día perfecto...Porque el cielo estaba más azul y el sol te llenaba de energía; porque era verano y la ciudad resplandecía de alegría.

¿Quién no va a estar feliz en un lugar así? Tan lleno de paz, de energía y buena vibra.

Pues así es Brighton, mi pedacito de paz, mi niño en la arena.

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