Si Inglaterra fuera mujer, sería la mujer más temperamental e indecisa de la Tierra. Bien se sabe que de por sí el clima es impredecible, pero en este país es todavía más impredecible. También se sabe que en este país, llueve la mayoría de los días del año. Pero viniendo de un páis tropical como es Venezuela, que disfruta de tener entre 25 y 30 grados centigrados de temperatura promedio todos los días del año y de un sol radiante la mayoría de los días, he de reconocer, que cuando en Inglaterra sale el sol, es el más grande de todos los soles y no tiene nada que envidiarle al trópico.
Brighton es una ciudad mágica de Inglaterra; yo la llamo: mi niño en la arena, por ser una ciudad tan viva, aún con el invierno más crudo. Brighton brilla y un domingo inolvidable como lo fue el 24 de abril de 2011, decidió robarse el sol de todo el planeta y brindarnos un día que por siempre voy a recordar.
Es abril e increiblemente me despierta el calor; 22 grados azotan la capital artística inglesa, una temperatura veraniega en pleno mes primaveral.
Hoy agradezco más que nunca vivir a menos de 10 metros de la playa y de poder tener el día completo para disfrutar de tan maravilloso regalo de la naturaleza.
Hoy agradezco más que nunca vivir a menos de 10 metros de la playa y de poder tener el día completo para disfrutar de tan maravilloso regalo de la naturaleza.
En buena compañía llego a la playa; mis amigos y yo decidimos ser expectadores de nuestra querida ciudad en pleno mar, con la ayuda de unos kayaks que nos permiten relajarnos y disfrutar en silencio de tan maravilloso día.
Para cerrar, una buena cena italiana culmina nuestras 9 horas asentados en la playa de Brighton y lo único que me queda por decir es:
Gracias mi querida Inglaterra, ¡gracias mi niño en la arena! Por haberme regalado la oportunidad de estar en tus tierras en un día tan maravilloso.
Gracias por brindarme una vez más la mejor de tus sonrisas :)
Gracias por brindarme una vez más la mejor de tus sonrisas :)
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